En oración con María

En oración con María

Mensajes de Whatsapp para el Día de la Madre - Informacion.esEstamos en el primer domingo de Mayo, un día precioso en el que se celebra el día de la madre y ¿quién no le dice a su madre algo bonito en ese día? ¿Quién no se acuerda de llevarle un regalo, para decirle cuanto la quiere? ¿Quién no intenta pasar ese día a su lado sintiendo su cariño?

Pues, si ese día hay que celebrarlo con la madre, también habremos de celebrarlo con nuestra Madre del cielo. Por lo que es necesario que nos acordemos de ella, que lo vivamos como algo muy especial y que, como es lógico, pasemos algún rato en oración a su lado.

  • Y yo ¿Cómo celebraré este día?
  • ¿Qué haré, para que tanto mi madre de la tierra, como mi Madre del cielo sientan mi amor?

A mí me parece, cuando menos significativo, que este día esté ubicado en tiempo de Pascua. En un tiempo, en el que nos hemos preguntado si la Pascua ha llegado a nuestro corazón, en el que nos parece importante que ese empuje inunde esta tierra seca, cansada, sufriente en la que nos vamos instalando. Descubriendo que, vivir “en Pascua” no siempre es fácil.

Por eso, queremos acercarnos a la Madre, porque nos alegra saber que, alguien como nosotros sí fue capaz de vivir “en Pascua” toda su vida. Ella fue, la que inundó de luz resucitada, la oscuridad que quedó en el corazón de los seguidores de su hijo el día que lo vieron morir en la cruz. Ella, inundó de luz resucitada, cada acontecimiento que se le iba presentando, por adverso que fuera…

Es por eso, por lo que nos vamos a acercar a la Madre, para que nos enseñe a vivir como ella vivió; para que sea nuestra referencia; para que sea la señal que nos indique el sendero por donde caminar. No se puede encontrar un modelo mejor; el Espíritu Santo la habitaba y su alma estaba inundada de todos sus Dones.

  • Y yo ¿vivo en Pascua?
  • ¿Qué signos de Pascua se pueden leer en mi vida?
  • De ahí que, hoy nos acerquemos a María para pedirle que nos enseñe a orar. 

María, es una persona orante. No olvidemos que fue ella la que le enseñó a su hijo a comunicarse con su Padre. De ahí que pueda enseñarnos, también a nosotros a orar, porque Dios puso en su corazón el Don de Piedad, ese don que tantos tildan de “beatería”, pero que las personas orantes sabemos que no tiene nada que ver con eso. 

En ella descubrimos que, el Don de Piedad es el que nos enseña a ser humildes, a vernos necesitados del Señor; el que nos lleva a ir entregando retazos, de esa vida que Él nos ha dado a cuantos se cruzan en nuestro camino.

Porque el Don de Piedad, sana nuestro corazón de toda dureza; nos abre a la ternura de Dios como Padre y se manifiesta en la mansedumbre, la paciencia, la tolerancia y el perdón.

  • ¿Qué concepto tengo yo del Don de Piedad?
  • ¿Me he planteado alguna vez, el bien que puede hacer a mi vida?   

Seguimos caminando, junto a toda la Iglesia en el camino sinodal y lo  hacemos ya hacia la quinta semana de Pascua. Nos damos cuenta de que, los apóstoles todavía no habían recibido el Espíritu Santo y no estaban lo suficientemente preparados para acoger en sus vida al Resucitado, por eso eligen afianzar su fe junto a María.

Como ellos, también nuestra fe necesita fortificarse, de ahí que nos acercamos a la Madre para que sea ella la que nos enseñe a confiar en el Señor, a ponerlo como lo imprescindible en nuestra vida, a estar abiertos a la llegada del Espíritu Santo y a darle gracias por tantas maravillas como realiza a través nuestro.

Porque queremos, lo mismo que María, que Dios sea el motor de nuestra existencia, queremos dejar que todo se haga según su voluntad, queremos –como ella– que sea tan uno con nosotros como lo es nuestra respiración. Ya que,

  • En Él, nos sentimos renovados y dispuestos para seguir el camino.
  • En Él, nuestros pies marcharán por el sendero recto.
  • Con Él, nuestros proyectos tendrán un buen fin.
  • Nuestros fracasos serán más fáciles de superar.
  • Y nuestra vida comenzará a tener sentido.

Pues como dice el profeta Isaías:

“Los que esperan en el Señor, verán sus fuerzas renovadas,  correrán y no se fatigarán, caminan y no se cansan” (Isaías 40:31)

MOMENTO DE CALMA

Aquí estamos Señor.

Aquí estamos porque tenemos la necesidad de que María nos enseñe, como a los apóstoles, a no huir de nuestras responsabilidades.

Necesitamos que nos enseñe, a no echarnos para atrás a la hora del compromiso, a la hora de anunciar el evangelio.

Queremos que nos enseñe, a ser personas valientes, que no nos escondamos a la hora de dar un testimonio de vida.

Necesitamos ser esposos, padres de familia, como lo fueron María y José, conscientes de que El Señor ha puesto en nuestras manos la gracia de un sacramento para que nos amemos, nos ayudemos, nos comprometamos y seamos espejo, del amor de Dios, en el mundo cuando la gente vea nuestra manera de vivir –en especial nuestros hijos

Necesitamos, junto a nuestros sacerdotes y consagrados, esforzarnos en trabajar para el Reino, como lo hicieron los apóstoles, pero dejando que sea María la que nos: acompañe, nos guie, nos enseñe, y nos ayudar a darlo todo por los demás.Necesitamos ser personas capaces de hacer un mundo donde, la manera de vivir sea un verdadero: Anuncio de Salvación.

Julia Merodio