Santa María de la Esperanza  Parroquia - Agustinos

Pastoral de la salud

Esta semana es diferente. Tiene un toque especial.

A las puertas de un Domingo sin  Ramos, inicio de la Semana de Pasión. Este Domingo da inicio la Semana Santa, con la Procesión del Domingo de Ramos, como todas las procesiones que estos días se producen camino a las habitaciones de los enfermos, a la consulta del médico, a las urgencias hospitalarias, a despedirse de los seres amados aunque sea mediante una tablet o una carta.

Semana en la que llegará la cena del Jueves, cena de amigos, de personas que se aman y que finaliza con la convocatoria amorosa del servicio, como el que tantas personas anónimas están ejerciendo a lo largo de estos días y semanas, cristalizando lo que yo llamo la Revolución de la Toalla, sirviendo y limpiando los pies a los más débiles (enfermos y dolientes). El viernes de pasión, como el que tantas personas estáis viviendo con la enfermedad, aislamiento, impotencia en el trabajo, preocupación desde casa e incluso acompañando en la distancia la muerte de seres amados ( madre – padre – amigos – compañeros de voluntariado ). Esta semana tiene su sábado de silencio en el que lo máximo que podemos hacer es acercarnos a un sepulcro, virtualmente, porque no hemos podido ni ir a enterrarlos, en el que vamos adquiriendo conciencia de la pérdida y damos comienzo, a trompicones, un duelo, que puede terminar, esa es mi íntima confianza, en una palabra de esperanza, en la noche de Pascua: ¡qué hacéis buscando entre los muertos al que está vivo!

La tormenta es pasajera y la naturaleza sigue cantando la alabanza del amor, también esta primavera!!!

+ In memorian ( de todos aquellos que ya habitan para siempre en los centros de nuestro corazón ).

                                   Xabier Azcoitia Zabaleta

CENTRO SAN CAMILO

Nuestro agradecimiento, siempre, al Centro San Camilo y Centro de Humanización de la Salud, por todo lo que nos han enseñado, por permitirnos seguir aprendiendo, por contar con nosotros y por tantas cosas!!!  

PASTORAL DE LA SALUD. STA. MARÍA DE LA ESPERANZA

(3 de abril de 2020)

Esta cuaresma que estamos viviendo y ya casi finalizando es, sin duda, diferente a todas las que ya hemos vivido: la enfermedad, la soledad, el sufrimiento y la muerte están más presentes que nunca. Pero también la solidaridad y el esfuerzo de todos nos sirve para tener la seguridad de que saldremos adelante.

Os animamos a pedir hoy, unidos a nosotros, por todas las personas que sufren una soledad no deseada y por la complicada situación de las residencias de mayores.

Recorramos junto a ellos estos últimos días de Cuaresma y, ojalá, nos sientan cerca. No están solos.

Buen día, cuidaros mucho y ánimo!!! 

GRACIAS

(1 de abril de 2020)

Estamos atravesando el tiempo de cuaresma, próxima la Semana Santa, tiempo propicio para mirar a nuestro interior, recapacitar sobre lo que estamos haciendo de nuestra vida y seguir de cerca los pasos de Jesús para dirigir los nuestros hacia la Vida y  la Resurrección.  No es un tiempo de reprimir sentimientos, machacar la inteligencia, anular los sentidos y darnos golpes de pecho, sino de ser más humanos, desplegando el amor que es Dios y está en nosotros.  No es tiempo de una penitencia mal entendida, limitada a ayunos y ritos, sino de camino hacia la esperanza; es tiempo de conversión, teniendo claro que hay sólo un mandamiento,: AMAR, sólo un pecado: IGNORAR AL OTRO. No es el dolor lo que nos salva sino el amor manifestado en el servicio a los demás.

El amor es nuestro verdadero destino.  Hay tres parábolas en el Nuevo Testamento que son la clave de la vida cristiana. Una, la que nos muestra a un publicano arrepentido y humilde frente a un fariseo poseído de sí mismo. Otra, la del buen samaritano compasivo con su prójimo.  Y la tercera, la del hijo pródigo que nos refleja la imagen de un Padre lleno siempre de amor incondicional hacia su hijo extraviado.  Las tres juntas nos dan la pista inequívoca del camino de la salvación: salir de nuestro ego con humildad, sentir el amor y la misericordia infinita de Dios y hacer entrega de uno mismo al otro que nos necesita.

La cruz de Cristo es la expresión máxima del don total e incondicional de sí mismo, hasta dar la vida por todos, en un gesto supremo de amor. Lo esencial no es su muerte sino la actitud de Jesús que le llevó a una total fidelidad.  Se puede salvar el hombre sin cruz, pero no sin amor, es decir sin morir al yo y al egoísmo, porque si nuestro yo egoísta sigue siendo el centro de nuestra existencia, no tiene sentido contemplar la muerte de Jesús, ni tampoco su resurrección. Ahora toca abrirnos al amor que Dios nos regala en Cristo: infinito, gratuito e incondicional; estamos en tiempo de conversión, de “metanoia”, de un don total de nosotros mismos a los demás, en un gesto de amor, sabiendo que no encontraremos sentido a nuestra vida como cristianos si no es compartiéndola con los más frágiles y necesitados.

Cabe terminar con una pregunta. Cuando observamos que en la sociedad actual nuestra Iglesia no atrae a mucha gente, ¿no será porque no ven que nuestro rostro se parezca al de Jesús y nuestras vidas no les recuerdan a la suya? ¿No será porque vivimos en los ritos, en las formas, en la hipocresía del fariseo, en el poder y no en el ser, en la intolerancia, en la autocomplacencia, en la comodidad de creernos en la posesión de la verdad absoluta, mirándonos el ombligo, olvidándonos del que sufre, del que está enfermo, solo, anciano, olvidado, despreciad… de tantas otras cosas?

Ojalá que salgamos del tiempo pascual consiguiendo que “explote” en nosotros el deseo de conversión y entre en nuestras vidas el Reino del Dios de Jesús.

(Grupo de Pastoral de la Salud)

enfermos

La Pastoral de la Salud es un ámbito evangélico que recuerda la obra de Jesús, viendo su rostro en aquellos que sufren.

Realiza su misión en el encuentro con el enfermo, el mayor, su familia y los profesionales de la salud, para potenciar una cultura más sensible ante el dolor, el sufrimiento, la soledad, la discapacidad y el final de la vida.

El Grupo de Pastoral de la Salud de la parroquia, lo formamos 18 voluntarios que intentamos, a través de la oración, de la formación continua y actual y de nuestra ilusión, dar lo mejor de nosotros mismos. Visitamos y acompañamos a estas personas en residencias, hospitales o en su propia casa, haciendo un seguimiento de su situación y de quienes los atienden, intentando también «cuidar al cuidador».

El Papa Francisco convoca voluntades para promover una nueva ciudadanía, y nos recuerda que este compromiso de fe y renovación es el servicio: «Hacer por los otros y para los otros». Esto es lo que intentamos desde nuestro grupo, aportando nuestra presencia, compañía, empatía, y haciéndonos presentes en sus vidas desde el respeto y la discrección. Actualmente, asistimos y acompañamos a personas mayores y  a otras de mediana edad, con patoligías crónicas y degenerativas, que son una auténtica lección de vida, y nos enriquecen como personas, haciendo real aquello de que el voluntario «recibe mucho más de lo que da». Preparamos nuestras visitas desde la fe y la confianza en Dios, para que nos ayude a «poner más corazón en las manos».

La Pastoral de la Salud es necesaria en nuestra parroquia. Por eso, se precisan personas comprometidas con el sufrimiento ajeno. No hay requisitos de edad ni de preparación académica, sólo una gran dosis de humanidad. A cuantos sentís la inquietud de hacer nuestro entorno más afable y dirigís vuestros ojos a los que sufren por su enfermedad, abandono, discapacidad o ancianidad, os animamos a conocernos y a incorporaros al grupo; estaremos encantados de recibiros.

Convivencia del grupo de Pastoral de la Salud:

 

GRUPO DE ESCUCHA Y AUTOAYUDA

El Consejo Pastoral Parroquial se ha hecho eco de una petición, cada día más generalizada, de muchos feligreses. Se trata de poner en marcha un Grupo de Escucha y Autoayuda. El Grupo de Pastoral de la Salud se ha responsabilizado de este nuevo proyecto, intentando formarse adecuadamente para el mismo.

¿QUÉ  ES  UN  GRUPO  DE  ESCUCHA  Y  AUTOAYUDA? 

Un espacio de encuentro, de diálogo, de confianza y respeto a las personas que acudan a él. Será condición imprescindible la discreción y la tolerancia ante la situación personal y el sentir de cada uno de sus miembros.

OBJETIVOS:

  • Acompañar a las personas que atraviesan una situación especial y difícil, y de la que es complicado sobreponerse sin ayuda: pérdida de un ser querido, enfermedad, falta de trabajo, problemas familiares, separación o divorcio, inmigrantes, etc.
  • Compartir vuestras experiencias con miembros del Grupo de Pastoral de la Salud que han pasado o están pasando por situaciones similares a las vuestras.

¿CUÁNDO?

  • Comenzaremos el día 12 de enero, jueves.
  • Nos encontraremos quincenalmente, los segundos y cuartos jueves de cada mes.
  • A las 19.30h, en la Sala San Agustín.

¿CÓMO PARTICIPAR?

Descarga la ficha, rellénala y entrégala, como se indica, en el despacho parroquial o en la sacristía.