Amoris Laetitia, Capítulo 3

Amoris Laetitia, Capítulo 3

Amoris Laetitia, Capítulo 3

LA MIRADA PUESTA EN JESÚS: VOCACIÓN DE LA FAMILIA
Comienza el Papa este Capítulo.3 diciendo que Nuestra enseñanza sobre el matrimonio y la
familia no puede dejar de inspirarse y de transfigurarse a la luz del anuncio de amor y de ternura
de Jesucristo; es decir, que no debe convertirse en una mera defensa de una doctrina fría y sin
vida.

El matrimonio es un «don» del Señor (cf. 1 Co 7,7). La indisolubilidad del matrimonio no hay que
entenderla como un “yugo” impuesto a los hombres sino como un “don divino”, “gracia” que se
derrama sobre las personas unidas en matrimonio, porque (Mc 10, 1-12) al principio de la
creación Dios “los hizo hombre y mujer”. Y por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y
se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”. Así que ya no son dos, sino uno
solo.

Por eso, dice el Papa, De Cristo, mediante la Iglesia, el matrimonio y la familia reciben la “gracia”
necesaria para testimoniar el amor de Dios y vivir la vida de comunión.
Jesús recupera y lleva a su plenitud el proyecto divino

La encarnación de Dios en Jesús y toda su vida terrenal estuvo marcada por intensos momentos
de FAMILIA, desde su nacimiento en el seno del matrimonio de María y José, continuar el
negocio de carpintero con su padre, los encuentros con la familia de su amigo Lázaro y sus
hermanas, el milagro en las bodas de Caná, el perdón a la mujer adultera, el llanto del padre por
su hija fallecida y devolviéndole la vida, ligar a su discípulo amado Juan como “hijo” de su madre
María, etc. etc. Son todo pequeñas lecciones de vida doméstica cristiana.

La familia en los documentos de la Iglesia
El Concilio Vaticano II definió el matrimonio como comunidad de vida y de amor (cf. 48) e implica
la entrega mutua, e integra la dimensión sexual y la afectividad. Los esposos edifican así el
Cuerpo de Cristo y constituyen una iglesia doméstica.

San Juan Pablo II dedicó especial atención a la familia mediante sus catequesis sobre el amor
humano, la Carta a las familias Gratissimam sane y sobre todo con la Exhortación apostólica
Familiaris consortio. Estas Catequesis han servido para crear el “Proyecto Amor Conyugal” que
organiza retiros de matrimonios basados en ellas.

El sacramento del matrimonio
La familia es imagen de Dios, que es comunión de personas en la Trinidad. En la familia humana,
mujer y hombre reunidos en Cristo, se restaura la “imagen y semejanza” de la Santísima
Trinidad. Dice el Papa Francisco que Los esposos son por tanto el recuerdo permanente para la
Iglesia de lo que acaeció en la cruz; son el uno para el otro y para los hijos, testigos y camino de
salvación.

El matrimonio es también una llamada, una vocación, y por tanto la decisión de casarse y de
crear una familia debe ser fruto de un discernimiento vocacional. Y al decidir unirse en una sola
carne, representan el desposorio del Hijo de Dios con la naturaleza humana. Por eso «en las
alegrías de su amor y de su vida familiar les (nos) da, ya aquí, un gusto anticipado del banquete
de la vida eterna».

Comenta luego el Papa en un par de párrafos ciertos aspectos o detalles “técnicos” sobre
derecho canónigo del sacramento del matrimonio…

Semillas del Verbo y Trasmisión de la vida
Resulta particularmente oportuno comprender el bien de los cónyuges que incluye la unidad, la
apertura a la vida, la fidelidad y la indisolubilidad, y dentro del matrimonio cristiano también la
ayuda mutua en el camino hacia la más plena amistad con el Señor. En ese camino, el amor de
los esposos debe estar abierto a recibir la bendición de los hijos de forma responsable. De esta
forma, Dios les hace partícipes también de la creación.

Dice el Papa que se está difundiendo una mentalidad que reduce la generación de la vida a una
variable de los proyectos individuales o de los cónyuges. Es preciso redescubrir el mensaje de
respetar la dignidad de la persona en la valoración moral de los métodos de regulación de la
natalidad, y valorar las opciones de la adopción y de la acogida, que la Iglesia apoya con enorme
gratitud. En el mismo sentido, el Papa condena enérgicamente cualquier práctica que convierta
la familia en el lugar donde la vida es negada y destrozada.

Termina el Papa enfatizando la importancia de la familia cristiana para la Iglesia católica: (pues)
El amor vivido en las familias es una fuerza constante para la vida de la Iglesia. En este amor se
celebran los momentos felices y se apoyan en los episodios difíciles de su historia de vida, desde
el nacimiento a la muerte.

Luis González, en Madrid el 25 de abril de 2022